28.12.07

Lo que oigo en el Metro...

"Es que tío, sólo a tí se te ocurre comprarle unos pendientes a tu novia y metértelos en los huevos para que sea una sorpresa"

En el metro de Madrid. Menuda sorpresa.
La niña del bigote

5.12.07

Creación. Vol.1

Hoy he decidido crearte con colores. Para que existas en mi mente y en mi alma y, algún día, en mi vida.

Con el blanco coloreo tu sonrisa, grande, brillante y bonita. Esa que, estoy segura, me alegrará incluso en los momentos más tristes. Esa de la que me enamoraré profundamente.

Con un rosado muy clarito y muy tenue, dibujaré tus labios. Delgados, suaves. Cuna de las mejores y más hermosas palabras de amor, de comprensión, de ánimo, de sabiduría, de cualquier tema, de conocimiento, de experiencia, de vida. Y, con ese mismo rosado, pinto un poco tus mejillas, para darte un toque de niño, de travesura. Para hacerte diferente.

Con un color carne, parecido al del durazno, coloreo tu cuerpo. Creo tus piernas, que serán, sin duda, más largas que las mías. Creo tus brazos, esos que me abrazarán en todas las épocas y estaciones del año, sin importar el frío o el calor, el sol o la lluvia. Creo tu pecho, sobre el que soñaré hasta despertar cada mañana, el que será mi compañero. Creo tus manos y pies, bonitos, como me gustan; únicos, como tú.

Con el marrón dibujo tu cabello. Te crearé con rizos suaves, ondulados obviamente, pero ondulados con ligereza para que el viento los mueva con soltura y encanto, con gracia y estilo. Y, con ese mismo marrón, dibujaré vello en tus brazos y piernas. Para la cara, te haré unas cejas gruesas, pobladas, que acompañen tu mirada de forma misteriosa y enigmática. Te haré unos ojos marrones, grandes, redondotes como el mundo para poder perderme en ellos. Unos ojos que puedan mirar con claridad nuestro mapa de aventuras, nuestro mapa de caricias, nuestro rumbo. Ojos que puedan mirarse en mí, que sean mis compañeros de vuelo y mi guía cuando yo esté a ciegas.

Con el verde te dibujaré esperanza, esa que tendrás por montones y con la que podrás contagiarme para hacerme mejor persona.

Con el rojo te haré un corazón grandotote, para que puedas quererme bastante y por todos los días que dure el mundo. Te daré pasión por lo que haces y por lo que hago. Y eso será el amor.

Con el azul pintaré un cielo grande y bonito que miraremos de noche y de día, juntos. Dibujaré los mares que serán testigos de nuestras aventuras. Y saco el blanco de nuevo y dibujo unas nubes a las cuales moldearemos y daremos forma en las tardes de ocio.

Ahora saco el amarillo y dibujo un sol enorme que alumbrará nuestro camino, aún en las horas más difíciles y oscuras. Él brindará un poco de su luz a la luna. Luna que, ahora, pinto de plateado en una linda noche llena de estrellas. Y, aunque la noche la coloreo de negro, un negro profundo y oscuro, tu amor me hará alucinar y verla como parte de un arcoiris multicolor, donde todos los colores se conjugan en uno solo.

Con el naranja dibujo un tierno y cálido atardecer en el que te veré llegar, en el que me dejarás entrar a tu vida y yo te dejaré entrar a la mía. Para siempre.

Y con los otros colores iremos pintando el resto. Colorearemos el mundo a nuestra manera, de nuestra forma, como queramos. Porque, a partir de esa tarde naranja, mis colores y los tuyos se unirán en una sola caja de gamas y tonos infinitos, con los que crearemos lo que quede por venir.

¿Te parece si apareces ya y comenzamos a colorear la vida?
Yo te espero con mi libro abierto y mi lienzo en blanco.

La niña del bigote

4.12.07

vacía

no fue sino hasta hoy que me di cuenta de que ya no estás. no están las llamadas, sólo por molestar. no están los mensajes. no está mi otra mitad. no estás tú.
hoy me di cuenta de que las lágrimas pesan más cuando se llora en silencio. de que realmente me siento sola, porque no te tengo cerca. de que no sé qué hacer en estas situaciones.
me siento débil. no sé qué debo hacer. salir con gente - realmente no quiero. ir al cine - sabes que detesto ir sola. adelantar cosas pendientes - hoy mi concentración se fue contigo.
no es fácil, aunque muchos piensen lo contrario. no es fácil despedirse. no es fácil esperar. no es fácil soñar todos los días que estás aquí. no es fácil y nadie dijo que lo sería.
te extraño. eso es todo. hoy más que ayer. me haces falta. no lo voy a negar. te amo. siempre será así.




flequillo

3.12.07

Y...

A ti, aunque hoy estés, y te sienta, lejos.


Anoche soñé contigo. De nuevo. Como hace muchísimas noches atrás.

Soñé que iba a tu encuentro, con el corazón envuelto en ansias, por conocerte, por querer abrazarte. Iba a tu encuentro y viajaba sólo para verte.

Y así llegué. Estabas allí. Parado entre la gente que esperaba por otros. Pero tú, tú esperabas por mí. Yo pude sentirlo. Y caminé hacia . Y, sin haberte visto jamás, te reconocí. Reconocí tu olor, reconocí tu cara, reconocí tus ojos.

Y caminé lentamente hacia donde estabas. Y, con un destello, desapareció todo, todos. Y sólo estabas tú. Y yo. Y tú seguías a mi espera, mientras yo me seguía acercando a , a tu vida.

Y así paré. En seco. Frente a . Y tomé tu mano y la posé suavemente sobre mi cara, para que la sintieras, por primera vez, entrar a tu vida. Y una lágrima se asomó y se aventuró a caer, a caer sobre tu mano. Y, poco a poco, salió una sonrisa y luego otra. En mi cara. En la tuya.

Y sentí que me disculpabas, por lo que hice, por lo que no debí hacer. Y fue tan gratificante. Sentí tu perdón por haberme equivocado, por no haber esperado. Me perdonabas, dejando eso en el pasado.

Y sentí que el viaje hasta valió la pena. Valió la espera. Valió lo malo.

Entonces te miré. Y mis ojos desvistieron a tus ojos, mientras mis manos acariciaban lentamente tu piel perfecta, llena de sabiduría, de experiencia, de otoños. Y eras mío. Te sentí mío. A pesar de que pensé haberte perdido y traspapelado entre los espacios de mi mente, en los rincones más profundos, alejados y solitarios de mi alma, de mi recuerdo, de mi memoria, de mi olvido.

Y allí estabas. Latente. Respirando de mi aire. Y yo deleitada con tu imagen. Con tu ser corpóreo. Ya estabas conmigo, presente, cerca de mí. En mi vida. Eras mío. Tu calor así me lo decía. Tu protección así me lo decía.

Y allí, en medio de mi sueño, oí tu voz. Y decías mi nombre. Como un susurro. Como un susurro viviente, que se hacía espacio en el aire, dejando ecos a su paso hasta mi oído. Y me dijiste que me querías, que esperabas por mí, que esperaste muchos otoños y este invierno por mí. Para verme llegar. Y fui feliz. Y sonreí. Y fuiste mío. Y me sentí tuya.

Y desperté. Y quise volver a dormir para, aunque fuese en sueños, tener un poco de tu persona en mi persona.

Y aún espero la noche para seguir soñando. Para vivir en mi sueño. Para sentirte. Para amarte. Para que me sientas y me ames. Y así estar contigo.


La niña del bigote

Al fin ganamos...Por ahora, eso es bastante...
Sabremos administrar nuestra victoria con cautela, yo espero que puedas decir lo mismo del tiempo que te queda en el poder.
Porque ya aprendimos a decirte qué es lo que NO aceptaremos.



La niña del bigote

1.12.07

Cayó el sol. Y resulta que, por arte de magia, de vida, rebotó y volvió a salir. Hoy. Una vez más. Y volví a abrir los ojos.

La niña del bigote

30.11.07

Hoy me baño. Me quito la mugre. Esa suciedad que me dejó la madrugada. Y abro los ojos y, sin voz, me siento mejor. Al menos estamos vivos. Todos. Aunque por dentro, el hecho de presenciar ciertas cosas hace que muera un poquito con cada recuerdo. Y las lágrimas resbalan y caen. Y debo bañarme de nuevo. Para quitarme la mugre. La inmundicia.

La niña del bigote

¿Y cómo haces...?

¿Y qué haces tú cuando tu vida se resume a depender de casos fortuitos de causa y efecto? ¿Qué haces cuando tu vida depende de otro que tiene un arma con la que te apunta sin tener conciencia de la importancia de sus actos? ¿Qué pasa cuando tu vida depende de otro al que sólo le importas por las cosas de valor que puedas tener y que signifiquen ganancias para él? ¿Qué haces cuando eres víctima del "hampa juvenil" a la que sólo le interesa robarte por juego o por quedarse con cosas materiales?

Nada.

No haces nada. Callas y obedeces. Te muerdes la lengua. Te tragas tu impotencia, tu arrechera, el dolor, la tristeza, la fuerza, la valentía. Te tragas todo eso, más tu orgullo. Porque de tragártelo, o no, también depende tu vida. Te tragas las náuseas, la enfermedad que te produce vivir el día a día en una ciudad como ésta. Te tragas la psicosis que puedes llegar a tener, por y por los demás. Te tragas toda la mierda, porque tus ganas de vivir son más fuertes. Porque obviamente quieres hacer más de , de tu vida.

¿Qué haces cuando lo que quieres es cerrar tu casa, tirar la llave y largarte a otra parte donde puedas vivir en paz, con algo de dignidad, donde la gente tenga algo de respeto por tu vida, donde no seas el "musiú", donde tu vida no dependa de un caso fortuito de causa y efecto?

Nada.


De nuevo. Te tragas tus ganas de que ésto mejore, porque sabes que no será así, sino al contrario. Porque sabes que ésto sólo va cuesta abajo y en pendiente. Porque sabes que todo será aún más mierda y más nauseabundo. Porque sabes que nadie respetará tu vida, al menos no la gente de ese tipo. Porque sabes que el que te apuntó, morirá de un disparo de otro más arrechito que él. Te tragas tus ganas de sentirte venezolano porque, en momentos como esos, reniegas de tu país, de tus ideales, de tus esperanzas.

Te tragas todo. Así de sencillo. Cierras los ojos y quieres algo, al menos algo digno y bueno, quieres una vida, aún sabiendo que no la encontrarás aquí. Te tragas tu nacionalidad, lo que piensas, lo que crees. Te tragas a la inmundicia de ciudad en la que vives. Te tragas la inmundicia de su gente.

La cosa está en que quieres seguir viviendo, pero ves que todo, absolutamente todo, se resume a irte de esta mierda de país...así de sencillo.


La niña del bigote

27.11.07

Divagando sobre la raza humana # 20 - De la aventura del coñazo

Si algo he aprendido con la poca edad que tengo, es que las relaciones humanas son, en general, muy difíciles de entender y sobrellevar. Más aún aquellas que se tejen entre hombres y mujeres.

Me gusta ver los fracasos amorosos como los golpes. Verán, cuando uno se da un golpe, la primera reacción es decir quinientas mil barbaridades y palabrotas, sin pensarlas realmente. Luego, si el golpe fue muy duro, uno llora sin consuelo, sobretodo si hay una herida que bota sangre.

Hay ciertas relaciones que se superan con puntos y gasas. Esas son las más fuertes. Luego de que los puntos se sacan o se caen, generalmente, viene la fase del morado, que luego se convierte en verde y después en amarillo. Esos son los residuos del coñazo. Si. Hay heridas, por otra parte, que dejan cicatrices que siguen doliendo durante algún tiempo posterior al golpe, dependiendo del clima o de los roces.

Todos caemos. Todos tropezamos y, eventualmente, caemos. Nos damos nuestro golpe o nuestro gran coñazo. Sangramos, maldecimos, lloramos, nos curamos poco a poco, lidiamos con la vergüenza y la pena del morado, verde o amarillo, lidiamos también con las cicatrices, tanto las internas como las externas, esas que nos hacen sentir diferentes. Porque la vida, a su manera, nos ha dado un golpe más.

Es algo así como "la aventura del coñazo", como me gusta llamarle, porque es nuestra aventura, nuestro coñazo, nuestra vida.

Siempre habrá gente alrededor para cuidarnos el efecto del golpe, también estarán aquellos que nos juzgarán por habernos caído, por no haber visto lo que nos haría tropezar, por no haber seguido consejo, por no haber tenido la suficiente cautela o precaución. También estarán los fijones, esos que mirarán el golpe y se irán a hablar, por allí y por allá, de todos los pormenores del asunto, como grandes conocedores del tema. ¡Bah! esos si que no saben un carajo.

La cuestión es que es nuestro coñazo, de dos o de uno, pero nuestro al fin. Sólo nosotros sabemos qué pasó realmente y sólo nosotros aprenderemos a llevar la cara bien en alto, a pesar de todo. Sólo nosotros sabremos cómo lidiar con el golpe, sus efectos y nuestros sentimientos, así como con las cicatrices, visibles o no, que pueda dejar.

Eso si, todos tropezamos, la cosa es levantarse y caminar a pesar de querer cojear. Después de todo, siempre habrá gasa, alcohol y curitas para el "durante". Porque las relaciones y sus fracasos no son más que grandes coñazos.



A la Mari Magenta. Porque sé que tu coñazo, que es mitad magenta y mitad verde, sanará pronto y te hará ser más sabia. Con tu propia aventura tendrás un mapa más dentro de tu carpeta de cosas aprendidas. Pero pequeña, aún nos quedan caídas y mucho más por aprender. Un beso enorme ¿eh? ¡Se te quiere! .

La niña del bigote

26.11.07

Por correr muy rápido, tropecé y caí.
Ahora sólo queda levantarse, con calma.

Luego, emprender el camino una vez más.
Aprender a caminar es lo más difícil.

Ya después, podré volar al lugar que más quiero.



La niña del bigote