23.6.08

La ausencia tendrá nombre

Le he tomado cierto desagrado emocional a esto de desnudar mis pensamientos más íntimos o los más públicos por la red. He llegado al punto en que ya no me interesa escribir, ni por descarga psicológica, ni por entretenimiento.

Es el fin.

Paso por acá, por última vez, para despedirme de aquellos que aún pasen por aquí de vez en cuando.

Doy gracias a quienes han estado este año, y algo más, entrando y saliendo de este lugar. Les pido disculpas por malas palabras, malos pensamientos, malos escritos, malas circunstancias, malas críticas. También por puntos y comas mal colocados o, en su defecto, olvidados.

Pero en fin, lo que quiero decir, es que hasta aquí llego yo. No considero justo seguir con este espacio, sin tener ganas honestas de hacerlo.

Así que, muchas gracias por todo.
Y adiós.

La niña del bigote

13.6.08

Oscuro todo

Oscuros son ahora los deseos de borrarte del mapa, de sacarte de este cuento, de esta vida.
Oscuros los pecados que afloran, capitalmente, al leer palabras tras los ojos de otra.
Oscuras tus mañas de herir sin darte por aludido.
Oscuras las manchas de sangre que afloran en tus manos luego de cada crimen que cometes.

Oscuros los instantes en que, aún, suelo recordarte, sin quererlo.
Oscuros los momentos en que deseo odiarte, desde hoy y para siempre.
Oscura la inmensidad de la separación.
Oscura esta etapa de anhelar suprimirte.

Y oscuras seguirán siendo tus horas de muerte tras mi continua desaparición, pues sólo te quedará el recuerdo.
Un recuerdo que será oscuro como la noche, cuando hayan pasado varias lunas y tu espera.

Oscuro tú.
Oscura yo.
Oscuro el mundo que transita.
Oscura la miseria.

Oscuro todo.


La niña del bigote