30.10.07

Desinflada

Hoy me siento como un tubo de pasta dental acabado, aplastado, vacío y sin nada más que dejar salir de sí mismo. Me siento desinflada como un globo nuevo, como un globo viejo. Vacía. Sin aire. Y es que, en definitiva, debo estar loca, no hay otra explicación. Debería estar feliz, contenta, victoriosa. Pero no. No me siento ni remotamente así. Ninguno de esos adjetivos sirve para definir mi estado de ánimo de hoy.

Me he quitado un peso de encima, he completado el primer paso de la misión final. He vencido todos los obstáculos que aparecieron, hasta ahora, en el camino. Pero sigo sintiéndome vacía, triste, cansada, agotada.

Hoy me hace más falta que nunca el ver a mi madre, el darle un beso, el que me de su beso de siempre, que me tome entre sus brazos y me diga que me quiere, el sentir su calor, el calor de madre. El ver su sonrisa, el sentirla orgullosa, por mí, por ella, por esta parte de nuestra victoria.

Me siento vacía porque ella no está y triste por la espera que tengo a la puerta, por saber que ahora estoy en las manos de otros, de sus decisiones. Me angustia el saber eso. Me angustia el saberme sin mi madre en esta batalla. El saber que aún quedan varios pasos por andar antes de llegar al verdadero final. Me angustia el sentir que algo puede salir mal, que un mínimo detalle puede acabar con todo.

No aguanto los nervios. Quiero salir corriendo. Dejar todo. Abandonarme a la incertidumbre. Pero no puedo. Sé que no debo. No se nada tanto y por tanto tiempo para luego desertar en la primera tormenta, mucho menos para morir en la orilla.

Sin embargo, sigo sintiéndome vacía, sin nada entre las manos. Vacía y desinflada como un salvavidas que se guarda para las próximas vacaciones.

La niña del bigote

1 comentario:

Ana Sofía dijo...

ánimo. Quisiera poder dedcirte algo más, pero solo puedo decirte ánimo!

Toda mi energía positivapara tí =)

Un beso.