23.10.07

De Venezuela, el país de las colas

Hoy me levanté temprano y comencé a hacer cosas que tenía pendientes. Entre ellas, tuve que ir al banco, donde me pude reír mucho de nuestras desgracias cotidianas.

Aún no habían abierto y ya afuera había una cola como de veinte personas. Detrás de mí, llegó un señor bastante mayor y con una forma de hablar bastante peculiar. Era español, de eso no hay duda. El caso es que comenzó a hablar conmigo y lo primero que preguntó fue: "¿Es ésta la colilla?", cuando le respondí afirmativamente, dijo muy alegremente y para sí mismo: "¡Ah si! La colilla para el banquillo". Luego, comenzó a contarme que había visto por televisión que, en Japón, la gente que trabaja en los bancos está volviéndose loca y halándose los cabellos porque cada persona pasa aproximadamente dos minutos en cola cada vez que va al banco. Imagínense esos "Dos minutos en cola". ¡JA!

Esos japoneses deberían visitar Venezuela y ver cómo nos hemos acostumbrado a hacer colas infernales hasta para ir al baño. Si. Porque hasta para entrar a un baño público hay que hacer cola mientras tratas de no hacerte en el intento. Haces la cola, tú y tu organismo. Y así vamos.

Hacemos cola en la autopista, en las calles y avenidas, porque hay más carros de los que debería. Hacemos cola para comprar los tickets del metro y, dependiendo de la hora, hacemos cola para entrar en el andén, para entrar en el vagón (después de dejar pasar cinco trenes o más porque no cabe ni un alma en pena) y hasta en las escaleras para salir de la estación.

Cola en el supermercado, en el cafetín, para entrar en el ascensor, para subir al autobús, para renovar cédula, pasaporte, visa, Rif. Cola para votar, para comer en cualquier local de comida "rápida". Cola para entrar al cine, para conseguir silla en el cine, para salir del cine. Para entrar a un centro comercial y para salir de él. Para comprar pan en la panadería o medicinas en la farmacia. En fin, en Venezuela, por desgracia, ya nos acostumbramos a las colas para hacer cualquier cosa, por estúpida que sea.

Menos mal que esos japoneses no viven aquí porque, de ser así, ya estarían encerrados en cualquier manicomio de mala muerte o, peor aún, haciendo la cola respectiva para ello. Y es que hasta para entrar por Emergencias de una clínica o de un hospital hay que hacer cola. Prácticamente el doctor te dice: "Chamo, no te vayas a morir, aguanta ahí un poco, mete el dedo en el hueco de la bala un rato más mientras avanza la cola" o "Tranquilo chamo, que ese apéndice ya explotó pero aún nos queda una hora para poder operar sin que haya riesgo". ¡JA!. Y al otro lado del charco, donde las cosas si funcionan, se están volviendo locos por dos minutos de cola y es que hasta suena gracioso, imagínense: "DOS minutos de cola".

Si ellos supieran que aquí vamos en góndola cuando hacemos "sólo quince minutos de cola", eso es casi un milagro. ¡Qué voluntad! y pensar que quizás hace un millón de años luz aquí también era así, un país libre de colas.

Aquí esos dos minutos japoneses acumulan (y de qué manera) los efectos del huso horario y se convierten en dos horas venezolanas, facilito, tan fácil que ya es lo más común.

¿Quiere venir a Venezuela? Venga y le indico cuál es la cola que debe hacer usted.

La niña del bigote

2 comentarios:

hijo dijo...

toda la vida haciendo colas y lo peor del caso es q aún no sabemos cómo hacerlas. cómo así, hermano? tan sencillo como que hacemos colas al mismo tiempo que hacemos columnas (esas colas que no son uno detras del otro sino 4 detras de otros 4 cuatro)

en el metro siempre surge un avispado que en lugar de hacer cola en el caminito ese q con tanto esfuerzo se pintaron "para su comodidad" se paran al ladito del 2do(*).

nos dicen que abren a las 10, hacemos cola desde las 7, luego, a las 8:30 nos quejamos por la larga espera. entonces? que gran cagada

(*) ley universal de vida: en una cola, el primero defenderá su puesto a todo riesgo, el segundo nunca se quejará de una intromisión. COMPRUÉBALO EN TU COLA MÁS CERCANA

Anónimo dijo...

Pue sí,niña del bigote, lamentablemente estamos acostumbrados a perder el tiempo en colas. Y te faltó algo: hay hasta cola de motorizados!!!!