1.6.07

Divagando sobre mi raza humana...De estas tres semanas

Mañana se cumplen tres semanas desde que ella se fue. Y si bien la aprecio estando aquí, más he logrado apreciarla ahora cuando me ha hecho falta, es aquí cuando puedo garantizar que el dicho "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" es completamente cierto.

Desde que se fue, me ha tocado hacerme cargo de muchas cosas. OJO, no soy un parásito...Siempre que puedo la ayudo de una u otra manera, pero en estos días me ha tocado a mí sola. Desde lavar mi ropa, cocinar mi comida para la semana (por eso de comer sano y no gastar tanto en la calle), estar pendiente del perro, su comida, agua y baño, hasta aprender a manejar para llegar a mi curso sabatino, llamar a mi familia para no perderles la pista y continuar con mis labores y costumbres diarias.

Cuando ella está, me la paso quejándome de que me fastidia por esto o por aquello, que se mete en mis cosas, que todo lo quiere saber, que me pide que la acompañe a tal o cual lado, que me interrumpe todas las series para preguntarme cualquier cosa aún cuando he pasado toda la tarde sin hacer nada, en fin, me quejo de ella, y de muchas de sus cosas.

Sin embargo, en estas semanas me he dado cuenta de lo que ella significa en mi vida. Somos nosotras dos contra el mundo. Que nadie se meta con ella porque me ataca a mí, que nadie se meta conmigo porque la ataca a ella.

Me dí cuenta que la casa es mucho más silenciosa sin ella, mucho más oscura, y consume el tiempo mucho más lentamente de lo que lo hace siempre. No hay quien me espere despierta cuando salgo y llego temprano en la madrugada. No hay a quien contarle cómo fue mi día. No hay quien me ayude a bañar y cepillar a Samy (léase el perro, que por cierto, es fémina). No hay quien me diga "Tienes que ver para atrás cuando estés retrocediendo en el carro". Sencillamente...No hay quién. No hay quien como tú.

No hay quien te haga el quite. No hay quien te suplante. No hay quien se ría conmigo de todos los demás que veo por la calle. No hay quien se ría de mis chistes malos. No hay quien me acompañe mientras desayuno, mientras ceno. No hay quien me de el beso de buenas noches. No hay quien me espere con el café tempranero de los domingos. No hay quien pelee conmigo por las estupideces más remotas, como lo hacemos tu y yo.

Estoy feliz de que mañana se terminen estas tres semanas, cuento las horas que faltan para ir a buscarte, para verte llegar, para abrazarte y decirte cuánto te he extrañado, cuánto te quiero, cuánto te amo.

Porque, a pesar de todo, es así mamá, y quiero que lo sepas, quiero decírtelo ahora que puedo, ahora que se hace más claro...Simplemente te amo.

La niña del bigote

3 comentarios:

Anónimo dijo...

....amiga lo lograste....


¡Te adoro!

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

¡Arriba la señora Noni!

Patzchka dijo...

Hermoso post, te felicito por tu valentía!
Un abrazo