29.5.07

La tira piedra que llevo dentro

Hoy, a diferencia de muchos otros días, amanecí con ganas de protestar. De gritar todo lo que siento y pienso. Me levanté con el pie derecho y con la convicción de que hoy sería un gran día. Un día para liberar los altos niveles de energía que tengo acumulada en el cuerpo.

No me equivoqué. A las tres de la tarde empezó la aventura. Apenas puse un pie en el lugar, respiré aire contaminado por gases lacrimógenos que hacían correr a manifestantes, a estudiantes. Pues, como dice la mayoría: ¡a correr!

Increíblemente, jamás había vivido una sensación parecida. El miedo hace que huyas, pero, la adrenalina te hace regresar. Y regresas con la frente en alto esperando cualquier cosa. Porque, en realidad se espera lo que sea. Humo, golpes, insultos, ¿tiros?

Hoy noté, no sé si es tarde para hacerlo, que somos fuertes. Desordenados, eso sí (quizás sea un mal de generación). Pero, somos fuertes. Resistimos los más increíbles diluvios para estar allí. Al pie del cañón. No lo había notado. Aún resistimos. Somos pacientes.

Lo único que nos queda es seguir estando allí. No dormirnos en los laureles y no permitir que nos ensarten hasta la médula. Ése, es el reto. Seguir hasta que sea necesario, y no decir “ya con esto no lograremos nada”. Primera vez en mucho tiempo que salen los que realmente deben salir. Que no sea la única, ni la última.





flequillo

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